Hoy me apetece dejar un pasaje del libro de Sándor Márai "El último encuentro". Lo he leído esta tarde a la sombra de un olivo y ... ¿por qué no? Puede quedar bien en este cuaderno. Cuando quiera recordarlo no tengo más que buscar en el buscador de arriba Sándor Márai y aparecerá. Está en las páginas 153 y 154 del libro editado por Salamandra:
Yo no comprendo, todavía no sé lo que significa ser diferente... Mucho tiempo y muchas horas solitarias me enseñan, más tarde, que se trata de esto, exactamente de esto, siempre, que todo depende de esto, las relaciones entre hombre y mujer, las amistades, las relaciones sociales y mundanas, todo depende de esto, de las diferencias que dividen a la humanidad en dos. A veces pienso que sólo existen dos grupos en el mundo, con todas las variantes de su peculiaridad: las diferencias de clase social, de ideología, de grados de poder, todo se resume en esta peculiaridad. Y de la misma forma que sólo las personas del mismo grupo sanguíneo pueden ayudarse en los momentos de peligro, al donar su sangre a alguien que pertenece al mismo grupo, el alma humana sólo puede ayudar a otra alma humana si no es distinta, si sus puntos de vista, sus convicciones y su realidad secreta son parecidos...
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El secreto y el regalo mayores de la vida es cuando se encuentran dos personas "semejantes". Esto ocurre raras veces, como si la naturaleza impidiese tal armonía mediante todas sus fuerzas y tretas, quizás porque para la creación del mundo y la renovación de la vida es necesaria la tensión que se forma entre las personas que no cesan de buscarse, pero que tienen intenciones contrarias y distintos ritmos vitales.
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Puedes tenerlo todo en la vida, puedes vencerlo todo a tu alrededor y en el mundo, todo te lo puede dar la vida y todo se lo puedes arrebatar, pero nunca podrás cambiar los gustos, las inclinaciones, los ritmos vitales de una persona en concreto, esa peculiaridad, esa cualidad de ser propia y distinta que caracteriza a la persona que te importa, a la persona con quien tienes que ver.
Saludos
Yo estoy completamente de acuerdo con este escritor:
ResponderEliminar“Sándor Márai”: que difícil es que dos almas semejantes
se encuentren en esta vida,
y yo muchas veces me he preguntado,
si en una misma vida, tenemos solo un alma gemela,
o mas de una, porque si solo tenemos una,
ya es bien difícil que se encuentren.
Una kinesiologa amiga miá,
dice que aunque dos almas gemelas,
estén a miles de kilómetros de distancia, solo
se encuentran con el deseo mutuo de encontrarse.....
Que bonito es el pasaje de este libro, y desde luego,
que pienso comprármelo.
Gracias: Astrapia.
Quizá no existan las almas gemelas, sólo haya aproximaciones más o menos capaces de amoldarse, incluso a los defectos de esas personas semejantes.
ResponderEliminarAlgo, sin duda, muy difícil que llegue a suceder en ambas personas, pero a veces pasa y damos en llamar almas gemelas.
¡Cualquiera sabe!
Gracias a ti, Astrapia, por pasarte por aquí.